Acabamos de regresar de Nápoles, así que es un buen momento para digerir todo lo que hemos visto y aprendido.
¿Sabéis cuál es la frase más famosa de Nápoles? ‘Ver Nápoles y luego morir’ (vedi Napoli e poi muori) y fue acuñada por el escritor alemán Johann Wolfgang von Goethe en 1789. Quien visita esta maravillosa ciudad entiende por qué. Nápoles, capital de la región de Campania, es una de las ciudades con más personalidad del mundo. Fundada en el siglo VI a.C. por los griegos con el nombre de nea-polis (nueva ciudad) y embellecida por los romanos, su inmenso patrimonio ha sufrido sin embargo numerosos saqueos. El español incluido. Pese a ello quien recorre sus calles descubre una ciudad jalonada de iglesias, conventos y palacios en medio de la suciedad y el caos de una metrópoli donde reina la anarquía. ¡Por eso mucho cuidado a la hora de cruzar sus calles!
Consejos prácticos
Semáforos, pasos de cebra, stops y cruces son meramente decorativos. El visitante aprende a sortear las motos que se cuelan por todos sitios. Las escaleras no son un impedimento en absoluto. Y pese a ello, os aseguro que os enamoraréis de esta maravillosa ciudad. Una de sus ventajas es la comida, rica y muy barata. La bebida, no tanto. Lo más típico es la pizza napolitana que podéis encontrarla en cualquier sitio por 5 o 6 euros. El más célebre es el establecimiento Michele con una cola larguísima. Por cierto, tampoco podéis volver de Nápoles sin comprar los típicos caramelos de limoncello. ¡Están riquísimos! y los encontrareis por todas partes.
Hablando de arte…
Uno de los atractivos de la zona es el imponente Vesubio. El nombre se lo dieron los griegos y significa montaña de luz. Muy probablemente esta descripción se deba a alguna erupción de la que fueron testigos. Aunque la que a nosotros más nos interesa es la del año 79 d.C. cuando Pompeya quedó sepultada bajo 6 metros de ceniza y piedra pómez. Muy cerca ya de la costa se encontraba Herculano. Allí sólo cayó magma y lava, por lo que la mayoría de la población tuvo tiempo de huir. Durante mucho tiempo solo se recuperaron cuatro cuerpos. En los años 80, concretamente en 1984, encontraron 300 esqueletos en los almacenes de la costa. Algunas calaveras habían explotado por el aumento de la temperatura. Hoy día se exponen unas réplicas de los huesos en la misma postura que fueron encontrados. En cambio en la vecina Pompeya se calcula que fueron unas 2.000 las personas fallecidas.
Esta tragedia tuvo sin embargo algo bueno. Estas capas y capas permitieron que ambos escenarios quedaran a salvo de los saqueos. Herculano fue descubierta en 1709 de manera fortuita al excavar un pozo. Al hacer el agujero apareció una escultura procedente del teatro. En 1748 comenzaron las excavaciones sistemáticas que buscaban fundamentalmente esculturas y otras obras valiosas. Se hicieron en horizontal por lo que mucha información valiosa se perdió. Aun así Pompeya y Herculano sacaron a la luz sus tesoros. Muchos de ellos se pueden contemplar en el Museo Arqueológico.
Herculano es un buen ejemplo de los modos de vida de la antigua Roma. Viviendas, tiendas, termas, gimnasio o teatro son sus principales alicientes. El foro y al menos dos terceras partes de la ciudad siguen, sin embargo, sepultadas bajo la moderna Herculano. Y aunque Pompeya es la más famosa de las ciudades sepultadas por el Vesubio el estado de conservación y los tesoros de Herculano son extraordinarios. En Herculano se conservaron, por ejemplo, muchas de las techumbres originales, algo que en Pompeya no ocurrió. También hay restos orgánicos como cuerdas, madera carbonizada, escaleras y hasta un barco.
Caravaggio y Artemisia
Dos de los pintores más famosos del barroco italiano murieron en Nápoles. En este viaje pudimos contemplar la pintura de Caravaggio conservada en el altar mayor de la iglesia Monte della Misericordia de Nápoles. Se trata de una iglesia barroca del siglo XVII de planta octogonal. Tras su huida de Roma (por ese carácter suyo tan pendenciero), Caravaggio es un pintor maduro tal y como se demuestra en esta obra de 1607 titulada ‘Siete actos de piedad/misericordia’. Una escena callejera con su inconfundible tenebrismo, ese naturalismo exacerbado tan personalísmo y una composición diagonal magistral. No nos extrañe que los pintores napolitanos cayeran rendidos a sus pies y lo estudiaran con ahínco. En directo posiblemente el Caravaggio más impactante de este genio del Barroco. En ella se representan las 7 obras de misericordia corporales que son:
Dar de comer al hambriento
Visitar a los presos
Vestir al desnudo
Ayudar al enfermo
Dar cobijo al peregrino
Dar de beber al sediento
Enterrar a los difuntos
Una escena en penumbra apenas alumbrada por la vela del fondo, el ángel y un haz de luz frontal desde el exterior. Para muchos autores se trata del cuadro más importante de todo el siglo XVII. El Evangelio según San Mateo decía que estas siete obras ayudan a salvar el alma el día del Juicio Final.
En el subsuelo
Uno de los lugares que más curiosidad despierta en el visitante es la Nápoles subterránea. Se trata de un laberinto de túneles y galerías que nos llevan desde su pasado griego hasta la actualidad. Aprendes cómo griegos y romanos aprovecharon este lugar. Los primeros como cantera y los segundos para construir depósitos de agua. Otro de sus momentos álgidos fue durante la 2a Guerra Mundial como refugio antiaéreo. Incluso hoy en la actualidad podremos ver proyectos muy interesantes para seguir explorando las posibilidades de este lugar con 2.400 años de historia. Completando la visita y desde una vivienda típica napolitana te adentras en las ruinas del teatro romano de Nápoles.
En la superficie
Visita obligada es la Basílica de Santa Clara con su elegante convento. Desde el claustro reformado en época barroca con sus 64 pilares revestidos en mayólica se accede a un pequeño museo donde todavía son visibles los restos de unos baños romanos y piezas procedentes de la iglesia que fue destruida durante la segunda guerra mundial. El templo actual es neogótico.
Otros atractivos que no pueden faltar en nuestra visita a Nápoles es el MANN, siglas que se corresponden con Museo Arqueológico de Nápoles. Se trata de uno de los museos más importantes de Europa y ocupa un edificio del siglo XVI (1585). El museo tiene 4 importantes bloques:
-Colección Farnesio. Planta baja. Con objetos de Roma y alrededores
-Colecciones Pompeyanas con piezas de las excavaciones de Pompeya, Herculano y otros yacimientos
-Colecciones menores (piezas de culturas como la egipcia)
-objetos de excavación
Lo más destacado de este museo son, sin duda, algunas esculturas de época griega y romanas. ¿Recordamos algunas?
Los tiranicidas (copia Romana). Su autor fue Antenor en torno al 480 a.C. Una de sus principales aportaciones es que es una de las primeras obras de las que conocemos el nombre de su autor. También es uno de los primeros grupos escultóricos. Representa a los héroes que asesinaron a Tirano: Harmonio y Aristogitón. Son casi retratos por el realismo que transmiten. Fue una obra tan famosa que se hicieron múltiples copias.
El Dorifolo de Policleto (copia Romana). Es el portador de la lanza. El original es del 440 a.C. Esta obra se consideró el ideal de belleza masculino (proporción de 7 cabezas). Destaca el contraposto (pierna atrasada y brazo adelantado). A destacar la vigorosa musculatura.
El Hércules Farnesio. Una obra que en directo impresiona sobremanera. También es una copia Romana. Las piernas son las originales aunque durante el siglo XVI el escultor Jacobo Palma creó unas porque las originales no habían aparecido todavía. En el museo veréis las 2 y podréis comparar. Admirar la curva sinuosa de la figura. Se trata de lo que los historiadores decimos una escultura abierta, fijaros en los músculos relajados de este coloso. Si le dais la vuelta, descubriréis que el héroe aguanta las famosas manzanas de oro del jardín de las hespérides. Sobre la maza el león de Nemea.
Otra pieza estrella de la colección es el famoso toro Farnesio. Un impresionante conjunto escultórico de 24 toneladas con una composición piramidal. La víctima es la joven Dirce obligada a estar sujeta a un toro al que dejan suelto. Pese a la violencia de la escena los rostros no reflejan dramatismo en absoluto. De hecho, es una escultura del periodo helenístico (escuela de Rodas) con tintes decorativos donde aparece un pastorcito, su perro, varios animales en el perímetro y la instigadora del suplicio al fondo.
Como curiosidad señalar que tanto el toro como el Hércules proceden de las famosísimas termas de Caracalla en Roma, lo que da una idea del lugar predominante de estas impresionantes esculturas. De esta colección mención especial merece la copa Farnesio, también de época helenistica. Es una de las joyas de la colección donde abundan las gemas.
En los pisos superiores exponen el famoso Mosaico de la batalla de Issos de Alejandro Magno contra Dario I y las pinturas y mosaicos sepultados por el Vesubio. Desde el memento morí, los frescos de la casa de Pompeya, la villa de los papiros de Herculano, objetos cotidianos hasta el gabinete secreto con pinturas eróticas de casas de Pompeya.
No nos iremos de Nápoles sin visitar la Galería Umberto I, una galería comercial con cuatro entradas construida entre 1887 y 1890. La cubierta es de hierro y vidrio y el suelo está cubierto de mármol con decoraciones como los signos del zodíaco. Muy cerca se halla la plaza plebiscito, una de las más elegantes y también más grandes de toda Italia. Allí se encuentra el palacio Real -residencia de los virreyes españoles y personalidades como Carlos de Borbón o José Bonaparte- y la basílica neoclásica de San Francisco de Paula. Esta basílica recuerda al edificio del Panteón de Roma, tanto en su aspecto exterior como interior. Anexo al complejo palaciego está el teatro de San Carlos, patrimonio de la humanidad. En la plaza existen dos esculturas ecuestres dedicadas a Carlos III y a su hijo Fernando.
Desde la plaza nos podemos dirigir hacia el cercano Castell Nuovo, fortaleza medieval de estilo renacentista, levantada en el siglo XIII. Posee cinco torreones, muralla y foso. Su elemento más destacado es el arco triunfal en mármol blanco con el bajorelieve de Alfonso V de Aragón cincelado por el escultor Laurana (1470). Mucho más antiguo es el Castell Uovo. Ciudad fortificada del siglo XII enclavada en una pequeña isla y con el Vesubio al fondo. La puesta de sol en este lugar es increíble. La leyenda del huevo forma parte del acerbo cultural de la ciudad.
El milagro de San Genaro
Mención aparte merece la Catedral Metropolitana de Nápoles dedicada a San Genaro, protector de la ciudad. Nápoles tiene la friolera de 52 santos protectores, aunque San Genaro es el más famoso. Construida en un gótico francés entre 1294 y 1323 su fachada sin embargo es neogotica (siglo XIX). A destacar en su interior la cappella carafa, -una obra maestra del Renacimiento-, la capilla barroca que da acceso al tesoro y los restos de la basílica tardorromana (siglo IV) de Santa Restituta, una mártir africana. Esta basílica anexa posee 5 naves y conserva pinturas de Luca Giordano en la cabecera. La ubicación de este templo no es casual. Las últimas investigaciones apuntan a que ocuparía un lugar central en el antiguo foro de la ciudad romana, y que probablemente se levantaría sobre el solar que antes ocupara el templo de Apolo. Curiosa es la leyenda de la sangre licuada o milagro de San Genaro que se repite cada 19 de septiembre (día de la muerte del santo), el 16 de diciembre (día de la erupción del Vesubio) y el último sábado de abril o primeros de mayo. Sobre el tesoro del santo mencionar que el valor de todas las piedras preciosas y materiales nobles que componen este tesoro es mayor que el de las joyas de la Corona británica.
La catedral está en la calle Duomo, antiguo cardo y, por tanto, con un origen greco-romano. Y muy cerca de la catedral se encuentra el barrio Spaccanapoli, una de las tres calles principales de la ciudad. Su origen también se remonta a cerca de 3.000 años. En el barrio, concretamente en la plaza Girolamini encontraremos un graffiti. Viendo lo sucia que es la ciudad no parece que sea gran cosa… Si no fuera porque se trata de un Banski. La pintó en 2016 y es el único de toda Italia . Representa la virgen de la pistola.
¿Más curiosidades? El perímetro del casco antiguo de Nápoles ocupa nada más y nada menos que 13 km convirtiéndose en el más grande de Europa. Y en él sus atractivos son incontables. Tal vez sea esa la razón por la que desde los tiempos como colonia griega, su pasado Romano, sus vaivenes en la historia, terremotos, un amenazador volcán en activo, su declive frente a Roma y su auge con el turismo moderno Nápoles resiste.